Por Jorge Halperín
¿Cómo
reconocemos una buena entrevista periodística? De muchas formas.
Sabemos que una entrevista es buena porque ha conseguido un
inteligente equilibrio entre información, testimonios y opiniones.
Pero una
entrevista puede sorprendernos por razones diferentes. Por ejemplo, cuando nos
muestra la cara oculta de la luna: nos trae el costado impensado de una figura
conocida, o, al contrario, ilumina una existencia singular que hasta ese
momento ha permanecido en el mundo de los seres “anónimos”.
Una entrevista
puede ser muy buena porque captura un momento muy especial de un gran
personaje. Celebramos el goce que nos produce una entrevista cuando
nos trae la atmósfera del encuentro y la vibración del
personaje hasta un punto en que alcanzamos a “verlo” desde las páginas del
diario.
La entrevista es
buena cuando nos descubre y revela, cuando los diálogos nos atrapan, cuando el
periodista ha acompañado el vuelo de su entrevistado, y ha logrado disparar —o,
al menos, no interfiere en— la imaginación del personaje. También,
cuando podemos paladear las palabras, que no siempre
ingresan en el texto escrito sin resignar su tono coloquial.
En los géneros de
la entrevista política, una entrevista es buena cuando el periodista tiene una
actitud de “sospecha informada” (como lo describe mi colega Oscar Raúl Cardoso,
aludiendo a la necesidad de que el periodista político sea desconfiado pero se
provea de una información profunda antes de sentarse
a dialogar).
Aunque,
pensándolo un poco, harán muy bien el entrevistador cultural, el de Deportes,
Espectáculos o Sociedad en actuar con la sospecha informada. Estudiar
cuidadosamente a su entrevistado, incluso dejarse seducir por el personaje
aunque sin
abandonar un estado de alerta. No someterse a lo literal, y
sospechar segundos sentidos que, finalmente, nos pueden ayudar a “atrapar” al
sujeto.
Algunos diálogos
cobran un vuelo literario y consiguen llevar el género a su estadio superior:
la entrevista como la más pública de las conversaciones privadas.
* Reproducción parcial del Prólogo para Diálogos, libro de
entrevistas publicado
por El País Cultural (El País, de Montevideo).
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