domingo, 7 de octubre de 2012

Una buena entrevista

   
                       
Por Jorge Halperín

      ¿Cómo reconocemos una buena entrevista periodística? De muchas formas.
Sabemos que una entrevista es buena porque ha conseguido un inteligente equilibrio entre información, testimonios y opiniones.
      Pero una entrevista puede sorprendernos por razones diferentes. Por ejemplo, cuando nos muestra la cara oculta de la luna: nos trae el costado impensado de una figura conocida, o, al contrario, ilumina una existencia singular que hasta ese momento ha permanecido en el mundo de los seres “anónimos”.
     Una entrevista puede ser muy buena porque captura un momento muy especial de un gran personaje. Celebramos el goce que nos produce una entrevista cuando
nos trae la atmósfera del encuentro y la vibración del personaje hasta un punto en que alcanzamos a “verlo” desde las páginas del diario.
     La entrevista es buena cuando nos descubre y revela, cuando los diálogos nos atrapan, cuando el periodista ha acompañado el vuelo de su entrevistado, y ha logrado disparar —o, al menos, no interfiere en— la imaginación del personaje. También,
cuando podemos paladear las palabras, que no siempre ingresan en el texto escrito sin resignar su tono coloquial.
     En los géneros de la entrevista política, una entrevista es buena cuando el periodista tiene una actitud de “sospecha informada” (como lo describe mi colega Oscar Raúl Cardoso, aludiendo a la necesidad de que el periodista político sea desconfiado pero se provea de una información profunda antes de sentarse
a dialogar).
     Aunque, pensándolo un poco, harán muy bien el entrevistador cultural, el de Deportes, Espectáculos o Sociedad en actuar con la sospecha informada. Estudiar cuidadosamente a su entrevistado, incluso dejarse seducir por el personaje aunque sin
abandonar un estado de alerta. No someterse a lo literal, y sospechar segundos sentidos que, finalmente, nos pueden ayudar a “atrapar” al sujeto.
     Algunos diálogos cobran un vuelo literario y consiguen llevar el género a su estadio superior: la entrevista como la más pública de las conversaciones privadas.

* Reproducción parcial del Prólogo para Diálogos, libro de entrevistas publicado
por El País Cultural (El País, de Montevideo).

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